PALABRAS DE BORGES PARA ISRAEL.



RETORNO A ISRAEL

Relatou Borges durante a conferencia en Hebraica, ás súas vivencias e imaxes e a significación da visita que no seu día fixera a Israel. Eis aquí algúns dos seus conceptos: ..."Uno no puede imaginarse el mundo, uno no puede imaginarse la historia sin Israel. Sin Israel la historia sería distinta. Por lo pronto, nosotros no existiríamos, o existiríamos de un modo muy distinto.

Alguien dijo que Francia es una idea necesaria a la civilización. Yo digo que Israel no sólo es una idea necesaria a la civilizacion sino que es una idea indispensable. No podemos imaginar la cultura sin Israel, y eso va mucho más allá de nuestras simpatías y diferencias, para repetir esa expresión tan cortés de Alfonso Reyes. Pero Israel, desde luego, existe, y existe, aunque muchos de nosotros no lo sepamos o no pensemos en ello. Es algo tan profundo que no tenemos necesidad de definirlo...

"Cuando fui invitado por el gobierno de Israel, sentí en primer término esa sensación de volver a un manantial, a un manatial sagrado. Esto del manantial, me recuerda aquello de las fuentes del Nilo. Un poeta latino, aludiendo a lo que era entonces misterioso en sus fuentes, dijo que el Nilo no quería que los ojos humanos supieran de su manantial. Yo tuve al principio esa misma convicción de regresar a un manantial cuando supe que iría a Israel, cuando supe que esos nombres, esos sonidos del Antiguo y del Nuevo Testamento ya no serían nombres y sonidos para mí, sino que se convertirían en imágenes, porque aunque soy casi ciego, puedo hablar con imágenes. Se convertirían en memorias, en partes esenciales de nuestra vida."

ISRAEL
Jorge Luis Borges

Reproducimos aquí dous escritos memorábeis que apareceron nun número especial da célebre revista literaria arxentina "Sur", dedicada ao 10º Aniversario da creación do Estado de Israel en 1958: unha testemuña de Jorge Luis Borges sobre Israel, e a versión en español dun conto do escritor israelí Shmuel Iosef Agnon, Premio Nobel de Literatura. Dous textos de escritores xa falecidos, que para a nosa xeración son "clásicos" no sentido borgeano da palabra, é dicir, un texto "que las generaciones de los hombres, urgidos por diversas razones, leen con previo fervor y con una misteriosa lealtad". Do mesmo Agnón, dixo Borges: "La memoria de Israel está en Agnón. No es una memoria erudita; es una memoria viva". Constitúen tamén unha homenaxe á publicación hai tempo desaparecida que editara un magnífico volume enteiro á celebración da primeira década do Estado de Israel, con achegas de autores de primeira magnitude en ambos países.

Mas allá de las aventuras de la sangre, más allá del casi infinito y ciertamente incalculable azar de los tálamos, toda personas occidental es griega y judía. No se dirá lo mismo de otras estirpes.
La cultura germánica, por ejemplo, me atrae singularmente, pero es sabido que su culminación mas cabal se produjo en Islandia, la última Thule de Virgilio, isla perdida que sólo pudo gravitar desde lejos en la historia del mundo. Sobre el monumento épico más antiguo de las literaturas germánicas, el sombrío Beowulf anglosajón, cae la luz de la Eneida, que es luz romana que reflaja luz griega, y hasta los nombres de divinidades septentrionales que perduran en la nomenclatura de los días -Wednesday, día de Woden; Thursday, día de Thor -son meras traducciones vernáculas de Mercurio y de Júpiter.

El orbe occidental es critiano; el sentido de esta afirmación es que somos una rama del judaísmo, interpretada por sus teólogos a través de Aristóteles y por sus místicos a través de Platón. Como el budismo o el islam, el cristianismo es una cultura, un juego antiguo delicado y complejo de hábitos mentales y emocionales que la voluntad no puede cambiar. Carlyle (observa Spencer) creyó haber abjurado la fe calvinista de sus mayores, pero en su nuevo mundo sin Dios persistió incólume el rigor de esa fe. El nietzscheano que se cree más allá del bien y del mal, juzga y condena a su enemigo según las tablas de los diez mandamientos.

Jesús, en el Paraíso recuperado, opone las artes y letras hebreas a las helénicas, cuyo defensor es el Diablo; en realidad los dos polemistas se complementan y son máscaras o facetas de Milton, para el cual (pese al "asqueroso hebramo" de que lo ha acusado Ezra Pound) su controversia era académica, ya que Israel y Grecia estaban reconciliadas en él. Para esta reconciliación trabajó toda la escolástica; antes que los cristianos la emprendieron Filón de Alejandría y Maimónides. El método alegórico del inaugura el vasto proceso. Filón cree percibir las puras esencias platónicas en los ángeles del Pentateuco; desde el punto de vista de crítica, esa interpretación es indefendible, pero anticipa la fusión de las dos culturas.

Los hechos que acabo de recordar son elementales y se aprenden (y olvidan) en las escuelas; no así lo que surgieren o enseñan. Sugieren que más allá de aversiones o preferencias, de filosemitismo o antisemitismo, somos irreparablemente judíos y griegos o, si se quiere, judíos y helenísticos. Modificar esa determinación secular no depende de nuestro arbitrio.
Hasta aquí he pensado, o he intentado pensar, históricamente.

Otra manera hay de considerar este asunto, más intemporal y más íntima. Podriamos decir que Israel no sólo es una entonación, un exilio, unos rasgos faciales; una ironía, una fatigada dulzura, una voluntad, un fuego y un canto; es también una humillación y una exaltación y una exaltación un deber dialogado con Dios, un sentir de un modo patético la tierra, el agua, el pan, el tiempo, la soledad, la misteriosa culpa, las tardes y el hecho de ser padre o ser hijo.

Israel

Um homem encarcerado e enfeitiçado
um homem condenado a ser serpente
que guarda um ouro infame,
um homem condenado a ser Shylok,
um homem que se inclina sobre a terra
e sabe que esteve no Paraíso,
um homem velho e cego que há de destruir
as colunas do templo,
um rosto condenado a ser máscara,
um homem que apesar dos homen
sé Spinoza e o Baal Shem e os Cabalistas,
um homem que é o Livro,
um homem que louva do abismo
a justiça do firmamento,
um advogado ou um dentista
que dialogou com Deus na montanha,
um homem condenado a ser o escárnio,
a abominação,
o judeu,
um homem lapidado,
incendiadoe atirado em câmaras letais,
um homem que se obstina em ser imortal
e que agora voltou à sua batalha,
à violenta luz da vitória,
formoso como um leão ao meio-dia.

Jorge Luis Borges, Elogio de la sombra (1969)
Traducido e publicado por Nuno Guerreiro na Rua da Judaria

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